Takayama

Cogí 4 Shinkansen para llegar a Takayama. Un pueblo de antiguos mercaderes perdido en la montaña. Sólo por los paisajes que vi desde el tren valió la pena. Con tantas horas de viaje terminé de leerme el primer libro de los 3 que me he traído. Zonas húmedas, de Charlotte Roche.Altamente recomendable. Va de una tía hiper cerda que se come los mocos, las costras, las legañas, o cacas de morfeo, como las llama ella, y la pus. Es una adicta al sexo que está ingresada en el hospital por haberse hecho un corte en el culo mientras se lo afeitaba. Genial, no sabéis lo que me he llegado a reír. Con lo que me gusta a mi el humor escatológico!! :D






También aproveché el trayecto para escribir en el diario y recortar y pegar cosas en él. En takayama me estoy alojando en un templo budista muy muy surrealista. Parece un laberinto, aun no he hecho fotos, pero mañana sin falta haré. Aunque es necesario un vídeo para comprender la magnitud de su rareza. Takyama es precioso. Hoy lo he recorrido todo en bici.




































Una japo que llevaba al chucho en un carrito y le daba el biberón.





Me he comido esto como bermú. Unas bolitas de arroz a la brasa.





Alicia Style. Con ella aprendí que cuando viajas sola los espejos son una buena opción para aparecer en alguna foto.





Este buddha es de la nostra Terra. Guaita quina barretina més cofolla!





He comida gyu don y ramen. El gyu don es ternera asada con cebolla y arroz. Ternera de Hida, que es esta región de Japón. Es famosa por su sabor, y con razón!











En una destilería de sake de cuyo nombre no quiero acordarme.





Kitty y Doraemon con el traje típico de takayama. Cómo saben lo que nos gusta. Nos tienen calaos!!





Un baño termal de pies que me ha ido de lujo.





No estaba sola!

He vuelto al albergue y he intentado sin éxito cruzar un túnel circular totalmente oscuro que hay bajo el altar. Simboliza la muerte y cuando sales es como si resucitaras. Eres más sabio y más guay que antes. Además en medio hay una llave que es la Paradise Key y si la encuentras, dicen que es muy difícil, eres aun mucho más guay. Lo he intentado varias veces, pero mi fobia a la oscuridad no me ha dejado dar más de 3 pasos. Entonces ha llegado karen, una chica de Londres con la que comparto habitación. Le he preguntado si quería bajar conmigo porque a mi me daba miedo y ha dicho ok. Para mi sorpresa, cuando no llevábamos ni 5 metros me ha dicho: I can't do this. I don't like it, sorry. Y se ha ido. Yo, obviamente, me ido corriendo detrás de ella. He pensado que entonces tengo motivos reales para tener miedo. Peto luego lo he estado pensando y creo que Karen es clautrofóbica. Porque esta mañana estábamos hablando de kyoto y yo le he dicho que una de las cosas que más me gustó fue Fushimi Inari, el pasillo de las puertas naranjas, y ella me ha dicho que a ella no le gustó mucho porque le pareció un poco claustrofóbico. Aquello estaba en medio del bosque y se escuchaba a los pajarillos cantar... No sé ni cómo ha intentado meterse en el túnel de la muerte. Mañana lo volveré a intentar. Yo sola. No quiero depender de las fobias de nadie, ni siquiera de las mías.

Ahora estoy esperando que acaba la lavadora. He tenido que pedir al monje que me dejara quedarme en la cocina hasta que acabe. No le ha hecho mucha gracia, pero ha consentido. Aquí a las 23 apagan todas las luces y cierran la puerta.

Mañana vuelvo a Tokyo, a casa de Shinya. Me ha llamado hoy y está muy contento de que vayamos a volver a vernos. Y yo también :) Va a estar muy orgulloso de mi cuando vea que ya no tiene que pedir que me traigan un tenedor de niños para poder comer.

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